Exfoliar la piel del rostro es un paso realmente fundamental que debe ser realizado por todos, sin importar si tu dermis aun es joven o ya ha entrado en la etapa de la madurez. A través de este paso se eliminan las impurezas acumuladas, se mejora la textura, aumenta la luminosidad y disminuyen ciertas imperfecciones, algo que trae enormes beneficios tanto en la apariencia como en la salud de esta zona tan especial e importante del cuerpo.
Esto es algo que la mayoría de las personas conoce o al menos ha escuchado decir, pero que por desgracia no muchos suele aplicar de forma adecuada, o siquiera le da la oportunidad. Para la mayoría de nosotros, principalmente en los años en los que estamos conociendo nuestra piel y comenzando a cuidarla de forma correcta, este tema resulta bastante complejo, ya que la diferencia entre una exfoliación adecuada y un proceso dañino no es demasiada.
Por esta razón, al momento de realizar la rutina de cuidado facial cuando llega el turno de este importante paso, pueden llegar a aparecer múltiples dudas, ya sea que estés usando un exfoliante comercial o elaborado en casa. Entre ellas las más comunes que podemos encontrar son el cómo aplicarlo, el tiempo que hay que esperar antes de retirarlo o incluso qué tan a menudo es necesario.
Como una manera de ayudarte, hemos decidido crear este artículo, en el que intentaremos dar respuesta a todas estas incógnitas, para así ayudarte a elegir los pasos más adecuados que te lleven a tener esa piel hermosa, hidratada, brillante y bien cuidada que tanto deseas. Y si aún no sabes con exactitud Qué es el exfoliante facial y cuál es su función puedes echar un vistazo a este otro tema, en el que te hablamos de todo lo que necesitas saber sobre este interesante producto de cuidado facial.
Índice de Contenido
Qué ventajas tiene la exfoliación facial
Antes de entrar de lleno en el paso a paso de cómo realizar una correcta exfoliación en tu piel, es indispensable que conozcas para qué sirve. Ya que de nada vale tener el conocimiento si no te han animado del todo a ponerlo en práctica en tu rutina de cuidado facial.
La exfoliación es el proceso mediante el que, a través de algunas sustancias levemente abrasivas, se genera una limpieza mucho más profunda en la piel que la ofrecida por los limpiadores convencionales. En ella se extraen los contaminantes que no han logrado removerse durante la limpieza, por lo que la dermis queda más suave y con menos predisposición al daño.
Se le considera una parte fundamental del cuidado dérmico, ya que además de remover la suciedad también extrae las células muertas que se han quedado adheridas a la capa externa. Este proceso genera una mejoría bastante notoria en la propia renovación de las células, ayuda a producir una oxigenación cutánea más óptima y brinda a la piel una mayor suavidad y brillo.
Sumado a ello, al remover los contaminantes que se han acumulado en áreas difíciles, preparas a la piel para que reciba mejor todos los elementos que se suelen aplicar en la rutina diaria, como las cremas, suero facial o las propias mascarillas, lo que significa que ayudarás a que estas traigan mejores resultados y actúen en un tiempo menor.
Si realizas una exfoliación adecuada siguiendo la forma correcta, trae otros beneficios que puede ser que al comienzo no notes, pero a largo plazo pueden marcar la diferencia. Los beneficios mencionados ayudan a que tu piel se mantenga joven por más tiempo, reduce las probabilidades de desarrollar espinillas, acné y puntos negros, ayuda a reducir las marcas de la edad como líneas de expresión y arrugas y reduce las manchas.
Esto se debe a que durante la exfoliación se remueve parte de la capa más externa, generando unas pequeñas micro lesiones, estas estimulas el proceso natural de la piel para regenerarse, lo que trae como resultado una nueva capa de piel más sana y notoriamente mucho más hermosa. Pero justamente por este punto hay que aclarar que este paso de belleza no es para nada recomendable como una práctica muy frecuente.
Qué tipo de piel requiere una exfoliación
Como has notado las ventajas de esta práctica son muchísimas, pero en ellas hay otro aspecto que debe ser mencionado, el tipo de piel, ya que este es un aspecto realmente clave que se considera por algunos como la ventaja más resaltante y el motivo principal por el que todos debemos tomarnos el tiempo de aprender sobre el proceso y los resultados.
Más arriba en nuestro artículo te mencionamos que este paso es prácticamente atemporal, ya que pueden realizarlo tanto las pieles que aún son jóvenes como las que han entrado en etapa de madurez. Pero sumado a ello y pata sorpresa de algunos, este no es el único punto en el que cuenta con una sorprendente versatilidad.
La exfoliación cutánea no es un proceso exclusivo para las pieles grasas como algunos cree, y tampoco está reservado para algún tipo de piel en particular, ya que todos sin excepción requieren aplicarlo, aunque obviamente teniendo presente algunas diferencias marcadas por las propias necesidades particulares de cada grupo.
Las pieles mixtas o grasas que presentan problemas como espinillas, acné y comedones con mucha mayor frecuencia deben si o si exfoliarse para prevenirlas, así como seguir siempre las indicaciones que te explicamos en Qué son los comedones y cómo eliminarlos, además son las que requieren una mayor frecuencia y el uso de productos más fuertes y concentrados.
Por su parte, las pieles resecas e incluso las normales tienen sus poros más cerrados y estos acumulan menos suciedad, aunque igual la generan y poseen, además de que en su mayoría suelen ser más delicadas. Por lo que necesitan una exfoliación más suave y menos frecuente, ya que esta ayuda a relajar el rostro y que el mismo pueda recuperarse de las descamaciones, así como estimular la absorción de nutrientes como te hemos mencionado en líneas anteriores.
Cómo exfoliarse correctamente, 6 pasos para una rutina ideal
Sin importar el tipo de sustancia que estés pensando usar para este proceso, en general una correcta exfoliación facial se logra siempre de la misma manera y el proceso completo puede resumirse en 6 simples y cómodos pasos.
Estos pasos no tienen variaciones más que las proporcionadas por la propia marca o receta que utilices, la cual debe estar bien explicada en las instrucciones de uso. Es sumamente importante que siempre en cada sesión de exfoliación los sigas al pie de la letra, solo así puedes estar totalmente seguro de que no vas a causar daños en tu dermis debido a una mala práctica, ya que como sabes este proceso aunque no lo parezca es un poco delicado y si no se hace con precaución puede volverse contraproducente.
Paso 1. Limpia muy bien toda tu cara
Una exfoliación adecuada comienza desde incluso antes de aplicar el producto especializado, ya que es sumamente indispensable preparar la piel para lo que va a ocurrir en ella. Si bien exfoliar implica limpiar profundamente, esto no quiere decir que puedas hacerlo sobre un rostro cargado de contaminantes, ya que el exceso de suciedad reduciría la acción del producto aplicado y no te daría los resultados esperados.
Por esta razón siempre antes de la exfoliación es indispensable que realices una limpieza completa. Inicia con un lavado con agua y jabón natural, luego usa el limpiador de tu preferencia, teniendo presente que este sea apropiado para tu tipo de piel y edad. Un producto bastante recomendado para aplicar en este punto es el gua micelar, una sustancia efectiva que extrae buena parte de los contaminantes en un solo paso.
Cabe aclarar que si la exfoliación la harás en horario nocturno y has utilizado maquillaje, así como el limpiador es necesario que utilices un desmaquillante acorde con tu piel. Este debe ser compatible con el tipo de maquillaje que has usado, ya que como sabes existen especializados para productos convencionales y algunos especiales para las alternativas a prueba de agua.
Paso 2. Aplica el exfoliante propiamente dicho
Una vez limpia la piel de tu cara ya puedes pensar en el proceso como tal de exfoliación facial con el producto que has elegido para ello. En su mayoría las sustancias que cumplen esta función están pensadas para usarse sobre el rostro aún húmedo, un punto clave que muchos dejan de lado, al hacerlo de esta forma, se logra extender de forma correcta, absorberse por los poros y brindarte el resultado esperado.
Esto quiere decir que antes de aplicarlo no es necesario que seques tu rostro, sino que lo frotes muy poco con una toalla seca, solo buscando eliminar el exceso de agua. Esto va a generar un gran cambio y será de gran ayuda, tanto para la limpieza como a la hora de prevenir todo tipo de imperfecciones al punto de ser considerado como una de las maneras más efectivas de Cómo prevenir los puntos negros y espinillas
El proceso de aplicación propiamente dicho depende la textura del exfoliante facial que vas a usar, puedes optar por un uso directo apoyándote de tus manos o a través de un cepillo exfoliador de los que venden en cualquier tienda especializada. Si vas a optar por el uso directo, el cual es bastante recomendado por expertos, apóyate de las yemas de tus dedos, y crea una capa uniforme de producto, buscando que no sea demasiado gruesa.
Paso 3. Extiende el exfoliante
Una vez aplicado es momento de extenderlo por la piel, este es justamente el punto en el que más cuidado debes tener. Muchos cometen el error de comenzar a frotar fuertemente pensando que de esta manera van a ayudar a que la sustancia cumpla con su cometido de forma más eficiente, pero la verdad es que así solo terminan dañando la piel y generando lesiones mucho más grandes de lo esperado que aparecen en forma de irritación y enrojecimiento.
La manera adecuada es con suavidad, valiéndote todavía de las yemas de tus dedos o del cepillo especializado, siempre con movimientos circulares desde la nariz o el centro de la cara hacia los extremos, estos movimientos deben tener una presión bastante leve hacia la parte superior, de esta manera estarás ayudando a remover más rápidamente los contaminantes de cada poro sin causar daños.
Es importante que si usas un exfoliante con partículas gruesas como el de sal marina evites el área del contorno de los ojos, ya que se trata de piel muy delicada que se estropea con mucha facilidad y este producto terminaría causando la aparición de líneas de expresión y pliegues, algo que seguramente vas a preferir evitar a toda costa.
Paso 4. Espera que actúe
Para continuar, después de haber esparcido el producto, no puedes removerlo de una vez, sino que tendrás que esperar un tiempo determinado a que termine de actuar sobre la piel y extraer los contaminantes. Este paso es un punto que algunos se saltan ya que creen que con los movimientos circulares ya está el proceso terminado.
El tiempo de espera total va a depender del fabricante del producto y debe estar especificado en el empaque del mismo, principalmente si se trata de un exfoliante de buena calidad comercializado por una marca reconocida. Si no lo indica o no tienes demasiado tiempo, lo que más recomiendan los expertos es que esperes con el producto en la cara por al menos 5 minutos antes de proceder a removerlo.
Hay algunas alternativas que requieren una espera mucho más larga, llegando incluso hasta 20 o 30 minutos. En ellas es indispensable cubrir el tiempo indicado, por lo que antes de adquirir cualquier producto comercial te recomendamos echar un vistazo a este punto y considerar si tienes el tiempo y la disposición para esperar lo que indica, de no ser así opta por otras alternativas que se adapten mucho mejor a tus gustos.
Paso 5. Remueve la sustancia y aclara con agua fría
Ya casi has terminado tu proceso de exfoliación y podrás notar los resultados en pocos minutos, solo es necesario que remuevas el producto de tu piel de forma correcta. En general, para extraerlo puedes apoyarte de una toalla limpia, toallitas húmedas o el agua directamente, lo que más se adapte a ti.
Pero debes tener presente que sin importar qué hayas usado y aunque tu piel se vea libre de producto, no debes terminar sin antes aclarar con suficiente agua fría que ayude a extraer los restos microscópicos que se hayan acumulado, esto sin importar si has estado usando una alternativa de producción comercial o alguna de nuestras Recetas caseras de exfoliante facial
Paso 6. Utiliza un tónico facial
Como último paso en este proceso de exfoliación, debes aplicar una sustancia que ayude a tu piel a recobrarse del daño, y en ello el tónico es una gran alternativa. Utiliza una pequeña cantidad del mismo, siempre con movimientos circulares a modo de masaje pero en este caso desde abajo hacia arriba. Esta sustancia ayudará a extraer cualquier sobrante de producto, además de estimular la recuperación de tu piel en el caso de que hayas exagerado un poco al frotar.
Una vez hayas terminado con él, podrás notar como casi por arte de magia tras todo el proceso tu piel se ve mucho más suave, brillante, limpia y libre de granitos. Si presentas algo de ardor o enrojecimiento debes tener cuidado, esto puede significar que has dañado tu piel y te aconsejamos aplicar algún producto refrescante como aloe vera o mascarillas faciales de té verde.
Ten presentes los tiempos de espera
No podemos terminar este artículo sin dedicar un espacio a este aspecto tan importante en cuanto a la aplicación de esta alternativa de cuidado facial. Conocer este aspecto a profundidad es un factor clave que ayuda a prevenir lesiones, irritación, cortes y en general una larga lista de efectos secundarios causados por el exceso de exfoliación, por lo que te recomendamos siempre tenerla presente y no pasarla nunca por alto.
El error más común en el caso de la exfoliación es el no saber esperar. Este proceso requiere de paciencia y no puede realizarse todos los día, muchas personas cometen la equivocación de que una vez comienzan a ver resultados creen necesario exfoliar cada pocos días, apenas comienzan a sentir que se acumula la suciedad, y esto es considerado algo fatal.
Obsesionarse con la exfoliación no ayuda en nada a la piel, sino que por el contrario ocasiona marcas permanentes y causa que la dermis no alcance a repararse, lo que a la larga disminuye su resistencia y nivel de protección. Si te obsesionas con este paso, no tardarás demasiado en ver como comienzan a aparecer arrugas, pliegues, marcas y en el caso de tener la piel grasa aumenta enormemente la producción de sebo.
Si sientes que necesitas un trabajo más profesional o que tras varias sesiones ya no estás apreciando resultados, lo mejor no es acelerar el proceso sino acudir a otros productos o alternativas como exfoliaciones profesionales o peeling facial, un procedimiento más abrasivo que se diferencia del uso del exfoliante convencional, del que te hablamos con más detalle en Las principales diferencias entre peeling y exfoliante
Sobre los tiempos ideales, estos dependen de tu tipo de piel, si tienes cutis graso o mixto, aplica exfoliante una vez por semana o cada 10 días según lo consideres, nunca más de eso. En el caso de cutis seco, debes esperar hasta 15 días, y si tu piel es muy sensible procura no exponerla a estas sustancias con menos de 20 días de diferencia entre una u otra aplicación.