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Exfoliantes Faciales

Qué es el exfoliante facial y cuál es su función

Sin importar tu edad, toda rutina de cuidado facial debe incluir ciertos pasos que no deben faltar ni cambiar sin importar el tiempo que pase, los cuales son bastante conocidos tanto por expertos como por quienes suelen tener mayor atención al cuidado dérmico. Entre ellos, uno de los más mencionados es la exfoliación de la piel del rostro, ya que gracias a ella, se logra preservar la apariencia hermosa y salud general del cutis.

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Pero, aunque todos saben de su alta importancia, lamentablemente muchísimas personas no suelen realizarlo con la frecuencia adecuada, debido a que no conocen las alternativas disponibles con las que pueden seguir este paso tan indispensable de cuidado de la piel. De esta manera, simplemente descartan todos los productos disponibles y se basan en rutinas incompletas que no dan tan buenos resultados como se esperaría.

La verdad, es que para exfoliar de forma adecuada es posible acudir a diversos elementos, desde los más clásicos exfoliantes naturales como el azúcar u otras Recetas caseras de exfoliante facial hasta las múltiples opciones que nos brindan las diversas marcas comerciales, las cuales se basan tanto en la naturaleza como en los muchos avances que la cosmética ha traído en los últimos años.

Por esta razón hemos decidido crear nuestro artículo de hoy, donde te diremos con lujos y detalles todo lo que debes saber sobre la exfoliación del rostro, su importancia, la frecuencia correcta y más importante aún cuales opciones son las disponibles hoy en día en el mercado. Para que de esta manera puedas tomar una decisión adecuada y comenzar a aplicar una limpieza correcta a tu rostro, algo que sin duda tu dermis agradecerá.

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Qué es la exfoliación facial y por qué es tan importante

Toda rutina diaria de cuidado consta de pasos bastante similares, comienza por la limpieza y después de un proceso repetitivo termina en la utilización de cremas especializadas y demás. Este estilo de cuidado ha demostrado efectos notorios y positivos durante cientos de años, pero por sí solo no asegura del todo la salud de nuestra piel.

Lo que algunos no saben es que en el proceso de limpieza, no se logran extraer la totalidad de los contaminantes acumulados en la dermis, ya que el limpiador por sí solo no alcanza a penetrar hasta las zonas más delicadas, algo que es incluso peor si utilizas maquillaje o cremas pesadas con mucha frecuencia.

Es por ello, que de vez en cuando se requiere un proceso más drástico y de mayor concentración, la llamada exfoliación facial. Cuando hablamos de ella, no nos referimos a un paso complejo ni dañino, o algún aspecto especializado que deba ser efectuado por médicos o expertos en el cuidado facial, sino a una limpieza total que puedes realizar en la comodidad de tu hogar, siempre y cuando sepas cuál es La manera correcta de exfoliar la piel del rostro.

Al exfoliar, se cubre y frota la piel con elementos levemente abrasivos, que ayudan a eliminar todo rastro de suciedad acumulada y con ella diversos elementos que también causan obstrucción. Entre ellos, al aplicar este paso tan importante te despides de los restos de piel muerta que se han ido acumulando, además las sobras de células que han terminado su tiempo de vida, de esta manera, la piel termina mucho más tersa y libre de contaminantes.

Como si esto no fuera suficiente, durante el proceso generas algunos cambios en la estructura de tu piel que la ayudan a mantenerse saludable. Cuando lo realizas, produces una estimulación de la circulación sanguínea en el área y de la propia capacidad de la dermis de regenerarse y prevenir la formación de algunos signos propios de la edad, esto último gracias a la formación de pequeñas micro lesiones que la piel debe reparar.

Qué ganas al hacerlo

Como cualquier otro proceso de cuidado dérmico, este paso se realiza pensando en los beneficios que brinda a la piel, los cuales debes conocer para poder animarte a intentarlo si es que aún no le has dado la oportunidad. El primero de ellos que se nota casi al instante es que ya te mencionamos, cuando el rostro se torna más terso y a simple vista libre de contaminantes, o sea mucho más limpio que antes.

Pero de forma más detallada también hay ventajas, con ello se liberan los poros de contaminantes acumulados, lo que permite a la piel respirar con más naturalidad. Esto ocasiona que las células aumenten su tiempo de vida útil, la piel se oxigene y no aparezcan línea de expresión y arrugas con tanta facilidad.

Sumado a ello, extraes parte de la primera capa de tu piel, que aunque suene un poco peligroso realmente no lo es. Con ella, se va parte de los problemas de manchas superficiales, y se ayuda a recobrar la textura suave que se ha ido perdiendo con el tiempo, se estimula la acción cicatrizante y se promueve la reestructuración dérmica.

En general, al realizar este paso, ayudas a tu piel a mantenerse joven por más tiempo, evitar la disminución de elementos como la elastina y preservar su suavidad, brillo, humectación y salud. Algo que puedes comenzar a notar desde la primera vez, pero que da mejores resultados mientras vas volviéndolo parte de tu rutina constante de cuidado facial.

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Qué es un exfoliante

Ya una vez aclarada su importancia, seguro quieres conocer a qué tipo de elementos puedes recurrir para realizar una correcta exfoliación facial. Actualmente las opciones disponibles son muchísimas, algunas realmente efectivas y otras lamentablemente más un engaño que un verdadero aliado de la belleza.

Para una limpieza total y obtener los resultados esperados, puedes hacer varias cosas, entre estas algunas abrasivas y profesionales como peeling, o aplicar los mundialmente reconocidos exfoliantes faciales, producto estrella de nuestro artículo de hoy. Estos procesos son un poco diferentes, y si no los conoces muy bien es importante aclarar Las principales diferencias entre peeling y exfoliante para que elijas a cuál alternativa vas a preferir acudir.

En este caso, cuando nos referimos a exfoliante facial, estamos hablando sobre un tipo de gel limpiador, que puede ser tanto orgánico o natural, como comercializado por marcas profesionales del cuidado de la piel. Este producto está formado por pequeñas partículas o granos junto con un líquido espeso o crema que les permite expandirse y aplicarse sim problemas.

Este está elaborado con ingredientes compatibles con la piel que ayudan a extraer la totalidad de la suciedad y células muertas que se han ido acumulando sobre la misma, por lo que debe ser utilizado con bastante cuidado y siempre siguiendo las instrucciones adecuadas.

No es un paso de uso diario

Entre los puntos más importantes que caracterizan a los exfoliantes faciales, es que aunque forman parte de la rutina de cuidado facial para conseguir una dermis saludable, este no debe realizarse diariamente como todos los demás, sino que es exclusivo para ocasiones más especiales.

La frecuencia de aplicación de esta sustancia no es demasiado alta, y se considera que no debes aplicarlo más de una vez por semana, aunque este aspecto va a depender de factores más detallados.

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Tipos de exfoliante facial

Como te imaginarás, este producto de cuidado facial cumple ciertas reglas, que ocasionan la existencia de más de una alternativa. Para poder cuidar tu dermis de manera adecuada y conseguir un acabado perfecto, es importante que tengas en cuenta factores como tu tipo de piel, las necesidades que esta posee y qué puede generarle daños, para así elegir los mejores ingredientes y evitar productos demasiado fuertes o de muy baja concentración.

Además de ello, conocer un poco sobre los distintos tipos de exfoliante, los cuales varían en textura, aplicación y también ofrecen múltiples opciones cada uno. En todos ellos, es posible encontrar alternativas especiales para cada grupo dérmico, por lo que no debes preocuparte en este aspecto sino ir un poco más allá en lo que quieres y requieres.

Para que puedas tomar una decisión más certera y comenzar a mantener la piel en perfecto estado, a continuación te explicamos uno a uno los cuatro tipos de exfoliante facial que puedes encontrar en el mercado, y qué función pueden tener en tu piel:

Exfoliantes mecánicos

Para muchos, este grupo abarca los productos más comunes y fáciles de encontrar. Se caracterizan por contar con una textura ligeramente densa que facilita su aplicación en la piel y ayuda a penetrar de manera adecuada tanto en zonas amplias como en los espacios más difíciles. Vienen para ser usados tanto de forma directa o en combinación con cepillo facial, por lo que es una alternativa versátil que se puede adaptar a tus preferencias.

En cuánto a la concentración, este grupo cuenta con una baja concentración de partículas y granos, aunque estos suelen estar compuestos por elementos minerales y extractos naturales, siendo el más común de todos el exfoliante de sal marina.

Gracias a esta textura, son una opción perfecta para quienes no tienen demasiada experiencia con la exfoliación, pieles jóvenes o incluso personas que padezcan de alta delicadeza en el rostro, ya que no generan una abrasión tan alta y combinan este elemento con sustancias refrescantes o humectantes que contrarrestan la irritación que podría generar el proceso.

En cuanto a la aplicación, esta alternativa no se utiliza en seco, sino que requiere que humedezcas un poco la piel, por lo que no es una opción de uso rápido y es mejor aplicarla como parte de la rutina de cuidado, ya sea en la mañana o en la noche.

Exfoliante granulado

Después del anterior, sigue el clásico exfoliante granulado que todos conocemos. Este posee una textura un tanto untuosa que combina a la perfección con las pieles más exigentes que requiere un trabajo más profundo pero aún bastante delicado. Se aplican como en anterior, de forma directa o con ayuda de un cepillo facial, aunque muchos aconsejan que es mucho mejor utilizar directamente las manos para conseguir resultados positivos sin dañar la dermis.

Posee, como su nombre lo sugiere, una concentración un poco mayor de granos que los del grupo mecánico, en su mayoría de origen mineral, aunque también es posible encontrarlos de otros elementos, por lo que se logra adaptar muy bien a las necesidades de la piel.

Se les considera como la opción más adecuada para cutis exigentes y pieles grasas ya que ayuda a contrarrestar la presencia de espinillas y liberar los poros de comedones, un problema bastante común que puedes eliminar si trabajas lo suficiente y sigues nuestros consejos dados en Qué son los comedones y cómo eliminarlos

Para aplícalo, también debes tener el rostro húmedo, por lo que es perfecto para el uso casero como parte de tu rutina de cuidado facial, aunque con esta alternativa debes prestar mucha más atención a los tiempos y esperar unos días más antes de volver a exfoliar, ya que genera más micro lesiones y podrías causar daños irreparables a tu rostro si no tienes la paciencia suficiente.

Exfoliantes enzimáticos

Si los antes mencionados te han parecido demasiado fuertes, has desarrollado reacciones adversas o tienes la piel demasiado seca, lo más aconsejable es que le des una oportunidad al grupo clasificado como enzimático. Estos se caracterizan por poseer una textura realmente suave, más parecida a una mascarilla facial convencional, por lo que deben ser aplicados de manera directa en el rostro sin necesidad de elementos agregados.

En cuanto a la concentración de granos, para poder lograr la delicadeza que los caracteriza, los exfoliantes enzimáticos no cuentan con ningún tipo de partículas ni granos, sino que están compuestos por elementos limpiadores que cuenten por sí solos con cierto poder de exfoliación. En la mayoría de los casos estos son de origen natural, como productos a base de piña o papaya, que se encuentran entre los más comunes.

Como te indicamos, se les considera ideales para las pieles secas, pero además de ellas, son apropiados para las personas con desgaste dérmico, envejecimiento prematuro o incluso mayores de 50 años, quienes ya no cuentan con la misma capacidad de regeneración en las capas superficiales y deben evitar el desgaste. En general, su principal función es limpiar, mientras aportan algo de nutrición y previenen el desgaste.

Por otro lado, por su baja concentración no son del todo aconsejados para pieles grasas ni cargadas de acné a menos que tras un estudio dermatológico se establezca lo contrario.

Su aplicación es un poco distinta y requiere algo más de preparación, ya que debes usar una cantidad bastante pequeña y con ella realizar movimientos suaves, buscando que penetre en las capas internas sin llegar a generar daños.

Exfoliantes químicos

Para cerrar con nuestra lista es necesario hablar del exfoliante más fuerte que puedes encontrar, el de uso químico. Este producto es bastante delicado y no debe ser aplicado a menos que tengas el conocimiento necesario o acudas a un profesional que te indique los pasos a seguir, ya que en él se busca extraer la mayor parte de contaminantes y genera daños muy fácilmente.

Es una opción perfecta para las personas que requieren una limpieza mucho más detallada y profunda, como quienes padecen problemas de acné persistente. Aunque también es apropiado como un aliado en la lucha contra las arrugas y demás signos de la edad, siempre y cuando se haga de manera adecuada ya que su función principal es estimular la regeneración de la piel y a través de ella ayudar a reparar los problemas que presente.

En él se puede llegar a dañar bastante la piel, por lo que no debe aplicarse demasiado seguido, sino según las necesidades específicas de la dermis. Por esta razón, algunos lo complementan con el uso de alternativas enzimáticas o incluso de exfoliantes mecánicos, dependiendo de su tipo de piel.

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Consideraciones a tener en cuenta al utilizar este tipo de alternativa

Cuando vas a aplicar cualquiera de los exfoliantes antes mencionados hay algunos aspectos que debes tener presentes, los cuales pueden ser de gran utilidad para prevenir el daño de la piel y asegurar resultados positivos. Es sumamente importante que prestes atención a ellos, debido a que el proceso de exfoliación como sabes es un paso delicado que obligatoriamente debe realizarse con  consciencia y responsabilidad.

Entre los puntos más relevantes encontramos el tiempo, algo de lo que ya te hemos hablado en líneas anteriores pero que es tan importante que merece ser mencionado de nuevo. Sim importar que consideres que tu piel ya ha acumulado suficiente suciedad como para tener que volver a realizar una exfoliación, si no ha pasado el tiempo necesario para que esté totalmente recobrada simplemente no lo hagas.

Sumado a ello, debes considerar el estado de tu cutis, si tienes espinillas abiertas, procura que el producto que uses sea totalmente compatible y libre de ingredientes irritantes ya que podría generar que estas estallen y produzca algo de ardor, además de correr el riesgo de causar marcas permanentes. En este caso, te sugerimos que no veas la exfoliación como una solución única sino que apliques otros tratamientos además de apoyarte en los consejos de Cómo prevenir los puntos negros y espinillas

Otra consideración que no debes dejar pasar es la marca del producto que adquieras. Aunque no sea para el uso diario, es indispensable que apliques un exfoliante facial de buena calidad, de preferencia de una marca reconocida, ya que es la única manera de asegurar un producto que realmente cumpla con los estándares y no termine causando problemas a largo plazo como demasiada abrasión o la formación de heridas superficiales.

Para terminar, no podemos dejar de recordar que siempre tengas presente los cambios en tu piel, si hasta ahora has usado siempre el mismo producto pero ya no aprecias los mismos resultados seguramente será hora de cambiarlo y buscar otra alternativa que se adapte mucho mejor. Las opciones en el mercado son muchísimas, así que no tengas miedo, seguramente encontrarás uno adecuado para ti.